MANTA 2030: Hacia el milagro de la ciudad puerto
Aspectos claves para que Manta se proyecte como la tercera ciudad más importante del Ecuador en los próximos 13 años
Jocay (Casa de los Peces) es el nombre del lugar donde habitó la cultura Manteña hace mas de 1000 años y que ha venido escribiendo su propia historia como un pueblo que se ha diferenciado de los otros no solo por sus bondades naturales, sino también por la calidez, amabilidad y hospitalidad de sus habitantes, mismas que han hecho de la ciudad de Manta un verdadero paraíso terrenal.
Su privilegiada ubicación y características geográficas, permitieron que nuestra ciudad focalice su desarrollo en la actividad pesquera y portuaria a partir del año 1949, producto de una fuerte inversión en la industria de procesamiento de productos del mar; actividad de la cual depende directa e indirectamente alrededor del 80% de la población de Manta (Delgado, 2015)[1], y producto de la cual se han especializado otros sectores importantes para la economía local tales como: alojamiento y servicio de comidas, agricultura y pesca, comercio, construcción, manufactura, transporte y almacenamiento, mismas que generan fuentes de trabajo para el 65% de la población y generan alrededor de US$ 700 millones por año[2].
A pesar de su importancia económica para el país, es notoria la desaceleración económica de la ciudad en los últimos 7 años, misma que se acentuó con el fatídico terremoto del 16 de abril 2016, el cual costó a la provincia no solo irreparables pérdidas humanas, sino también alrededor de la diminución de US$ 450 millones en Valor Agregado y la pérdida de más de 20.000 puestos de trabajo[3].
Los problemas de Manta trascienden la coyuntura económica y política, pues adolece de aspectos estructurales propios de la falta de visión de largo plazo, correcta planificación local articulada a los grandes objetivos nacionales y carencia de un verdadero liderazgo político que logre posicionar a la ciudad como una tierra de oportunidades; y que únicamente puede alcanzar su desarrollo en la medida que se priorice el progreso de su gente, el potenciamiento de sus capacidades y talento humano, la satisfacción plena de sus necesidades básicas y la garantía de sus derechos.
Es incomprensible por ejemplo, que Manta, con aproximadamente 2.5 establecimientos educativos por cada 1000 estudiantes[4], tenga tasas de asistencia a educación básica, primaria y secundaria, menores al promedio provincial y nacional; y a pesar de contar con su propia universidad, su tasa de asistencia a educación superior sea apenas del 27%.
Es inaceptable que alrededor de 40 mil ciudadanos de nuestra ciudad aún vivan bajo la línea de pobreza[5], que exista un 30% de viviendas que no tienen abastecimiento de agua por red pública en su interior, que el 18% de los barrios de Manta sean aún vulnerables a inundaciones, que el 25% de las vías urbanas se encuentren en mal estado[6], y que además de todo lo anteriormente mencionado, los problemas se acentúen significativamente en el sector rural.
Preocupa también, que a pesar de nuestras bondades geográficas y capacidades logísticas, el tráfico marítimo internacional de ingreso de toneladas métricas en carga, sea en promedio 6 veces mayor en Guayaquil que en el Puerto de Manta[7], así como es preocupante que apenas el 12% del total de las colocaciones de la banca privada se destinen al segmento del microcrédito[8]; y así, un sinnúmero de indicadores sociales, productivos, económicos, culturales y ambientales que deben atenderse desde la planificación local y la política pública.
Si bien superar estos problemas depende en gran medida de las condiciones macroeconómicas, es responsabilidad de los gobiernos locales focalizar sus esfuerzos a alinearse a la planificación nacional y alcanzar metas territoriales, para que a través de acciones específicas: i.e.: obras, campañas, programas y proyectos, puedan solucionarse estos problemas en el mediano y largo plazo.
El Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas otorga la competencia de la planificación a los Gobiernos Autónomos Descentralizados, quienes elaboran sus propios Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT) periódicamente. En el caso de Manta, su PDOT (al menos el que se ha hecho público), si bien presenta un diagnóstico razonable de algunos componentes importantes, no reúne las condiciones para configurarse como un verdadero instrumento de planificación.
Modernas teorías de desarrollo económico indican que los países (por ende sus pueblos), se desarrollan cuando poseen instituciones sólidas que permiten organizar las relaciones entre los distintos actores de la sociedad (Acemoglu, 2016)[9]; siendo estos quienes, mediante acción colectiva, pueden encausar acciones concretas en beneficio de la comunidad.
Después de la tragedia del 2016, los manteños tenemos una oportunidad histórica de unirnos y organizarnos para orientar a nuestro pueblo a un verdadero desarrollo a través de iniciativas cívicas y una fuerte participación ciudadana (desde sus más básicas formas), planificación de largo plazo (democrática, articulada e inclusiva) y políticas públicas claras a favor del común de la sociedad; pues éstos son aspectos claves para que Manta se proyecte como la tercera ciudad más importante del Ecuador en los próximos 13 años; hacia el milagro de la ciudad puerto.
Cuando pensamos en Manta al año 2030, debemos pensar en el tipo de ciudad que queremos para nuestros hijos; una ciudad inclusiva, segura, inteligente, autónoma, sustentable, planificada y desarrollada, donde no solamente hayamos superado los problemas estructurales mencionados anteriormente que hoy afectan a nuestra ciudad, sino también haber superado barreras socioculturales que retrasan nuestro desarrollo.
El primer paso de la consecución de este ambicioso sueño requiere de un “Plan de Desarrollo Integral Cantonal de Largo Plazo”; es decir, un estudio exhaustivo de absolutamente todas las necesidades sociales y económicas que deben ser atendidas por cualquier administración pública hoy y en los años por venir, bajo un enfoque social donde se atiendan a las grandes mayorías, promoviendo la inversión pública y privada.
La propuesta de realizar un Plan de Desarrollo Integral Cantonal de Largo Plazo, debe venir desde la ciudadanía, como un proceso cívico participativo, incluyente y democrático donde todos los actores de la sociedad (gremios, empresarios, artesanos, comerciantes, jóvenes, profesionales, jubilados, trabajadores, etc.) puedan participar de manera desinteresada en la construcción del milagro de la ciudad puerto.
Este Plan debe observar al menos los siguientes ejes fundamentales: 1) promoción del turismo y la cultura, 2) fomento a la producción y la industria, 3) desarrollo de los servicios públicos y privados y 4) fortalecimiento del desarrollo humano y del tejido social, en los cuales por supuesto se deben incluir temáticas específicas con sus respectivos objetivos y programas; todo esto con políticas transversales focalizadas en la reconstrucción, saneamiento de las finanzas públicas, generación de empleo y reducción de la pobreza. Este tipo de planificación permite inclusive identificar con mucha más claridad las necesidades de financiamiento, la sostenibilidad de la obra pública y transparentar las finanzas públicas.
Los ciudadanos debemos depositar nuestra confianza en líderes políticos que además de tener esta visión, tengan la habilidad necesaria para articular las necesidades de la ciudad con las acciones en los distintos niveles de gobierno, la sociedad civil y el sector privado; con el fin de armonizar una planificación común y sistemática.
Manta es una ciudad joven, pues el 43% de sus habitantes tiene entre 18 y 45 años; por lo que, es en ésta generación donde recae la responsabilidad histórica de, no solo cohesionar visiones, anhelos, esperanzas, sino también de materializarlas y trabajar juntos, sin individualismos, por el renacimiento de nuestra amada ciudad, aquella que te recibe siempre encantadora y a la cual siempre quieres regresar.
[1] Delgado, C. (2015). “Desarrollo del puerto de Manta”, Manta – Ecuador.
Comments (4)
Claudia Rodriguez
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Rigoberto Carvallo
En efecto como mencionan, no se pueden lograr grandes objetivos de desarrollo sin visión de largo plazo, compromiso ciudadano y voluntad política; creo que es imprescindible primero que todos los manabitas nos empoderemos de las bondades económicas, logísticas, culturales y ambientales de nuestra provincia para así poder defender y proponer con mucha altura los grandes proyectos que deben darse en Manabí. Por otro lado, la lucha no termina allí, la lucha la representan nuestros líderes políticos que sabrán sostener y defender los intereses del pueblo manabita, de allí la necesidad de elegir bien.
Finalmente, Estoy completamente convencido que una perfecta correlación entre movilidad y desarrollo, por lo que es necesario empezar a soñar en la mancomunidad interconectada multimodal a nivel nacional e internacional.
Los invito a visitar la página en FB Manta2030, donde estamos anunciando propuestas y diagnósticos para crear un Plan Integral de Desarrollo de Largo Plazo, en el cual por supuesto incluiremos sus aportes.
Atentamente
Rigoberto Carvallo
@rigocarvallo
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Carlos Proaño
Tampoco ahora hasta el momento, no aparece alguién que realmente entienda lo que es la planificación estratégica, orgánicamente articulada y sistematizada.
El nuevo Alcalde que Manta necesita, no debe tener únicamente imágen de guapetón sonriente, pero que en el fondo es un arribista carente de sentido común, ignorantón sabelotodo, prepotente y mañoso.
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Martin Burbano
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